viernes, 25 de abril de 2008

TRISTE Y CRUEL REALIDAD

Todo el mundo atraviesa prácticas de vilolencia, pero la intensión y el propósito de víctimas de abusos es mostrar este lado oscuro y triste de la realidad, principalmente en la República Argentina, donde todos los dias somos consumidores, oyentes y hasta muchas veces testigos de estas violaciones a los Derechos Humanos.
Miles de veces hemos escuchado en la radio, en la televisión o hemos leídos en los diarios o por internet la cantidad de violaciones, muertes, secuestros y demás delitos que se hacen presentes día a día en cada rincón de nuestro país, que es el lugar donde lamentablemente estamos inmersos y donde esta situación se prolifera a pasos agigantados.
Pero en si, lo que abordará esta página son los diferentes tipos de abusos, a menores, drogas, alcohol, de empleo, de mujeres, etc. Este último ejemplo es con el cuál se llevará acabo la primer temática.
En si entre estas distintas prácticas de violencia de género se encuentra la violencia sexual, el incesto, la violencia contra las mujeres, las cuales muchas son discapacitadas, migrantes, trabajadoras domésticas, rurales, lesbianas, mujeres en prostitución y prostitución infantíl, el tráfico de mujeres y niños, el acoso sexual en el lugar de trabajo, en instituciones educativas, de salud, etc.
Estas distintas prácticas de violencia han comenzado a adquirir una mínima visibilidad en los últimos tiempos y demandan tanto estudios e investigaciones, como una respuesta y de forma urgente desde los distintos niveles e instituciones del Estado.
No se busca justicia mediante este medio, pero si una mirada mas firme a estos diferentes abusos que se masifican, que quedan sin respuestas en la nada y que necesitan ayuda de todos como parte de la sociedad que formamos. Siempre hay que pensar que hoy es el de al lado, pero que mañana podemos ser nosotros o algún allegado.

Hoy las mujeres

Muchas veces cuando algo de esto ocurre, pensamos en la mujer que más mamos, que más deseamos que se encuentre bien, sea madre, hermana, abuela, tía, novia, etc; porque en este mundo, en esta sociedad hoy todo puede ocurrir, salimos a la calle y no sabemos si vamos a volver sanos y salvos.
La violencia contra las mujeres en sus diversas manifestaciones, es una de las violaciones de sus derechos más graves, frecuentes y extendidas. La violencia contra las mujeres viola su derecho a la integridad personal y a la salud y al mismo tiempo menoscaba el pleno goce de sus derechos civiles, económicos, sociales y culturales. Atraviesa todas las variables: raza, religión, nivel económico, social, educación, edad o cualquier otra condición que fuese.
Diferentes profesionales de la medicina, como el caso de la Doctora Vodjkovich afirma: "dicho acto tiene efectos traumáticos inmediatos y a largo plazo, en el futuro de las mujeres, de sus hijos/as y en la sociedad en su conjunto".
Lamentablemente esto es así y es dificil dar vuelta atras, pero para que esto comience a dejar de ocurrir, se necesitan respuestas de diferentes instituciones que ayuden a estas víctimas a salir del "pozo" depresivo en el que se encuentarn inmersas. Ni hablar del papel que en estos casos de be cumplir el Estado, protegiendo en su totalidad a los ciudadanos.
Por otro lado el Banco Mundial en su informe sobre Desarrollo Mundial sostiene que: " el abuso al género fémenino por parte de una pareja tiene consecuencias tanto sobre la salud física como sobre la salud mental. Entre los resultados no fatales para la salud física se encuentran: enfermedades de transmisión sexual, lesiones, inflamaciones pélvicas, embarazos no deseados, abortos espontáneos, dolores de cabeza, problemas ginecológicos, abusos de drogas o alcohol, asma, síndrome de intestino irritable, conductas nocivas para la salud (como tabaquismo o sexo sin protección), discapacidad permanente o parcial y existen resultados totales como el homicidio o el suicidio en una dimensión significativa. Por otra parte, entre las consecuencias para la salud mental se encuentran: desórdenes de estres postraumático, depresión, ansiedad, disfunción sexual, desódenes de la alimentación, desórdenes de personalidad múltiple, desórdenes obsesivos y compulsivos, etc".
Claramente no se puede obviar que todo no termina cuando el abuso se produce, sino que es el comienzo de algo que nunca concluye. Porque las secuelas de un abuso sexual deja huellas irreparables, principalmente en la moral de una persona, no dejándola en paz por el resto de su vida. Por eso muchas veces acuden a soluciones que creen que esta bien, como el intento al suicidio o demás.
La Convención de Belem do Pará (utilizada para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer), fue ratificada por nuestro país en 5 de Julio de 1996 y convertida en ley nacional n° 24.632. Sin embargo, el Estado Nacional poco ha avanzado en el cumplimiento de sus obligaciones de abstenerse de realizar cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer; actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer, incluir todas las normas adecuadas y medidas jurídicas para conminar al agresor a cesar con la violencia, establecer procedimientos legales justos y eficaces; asegurar el acceso efectivo y reparación del daño. Además de no fomentar y apoyar programas de educación gubernamental y del sector privados destinados a concientizar al público para que esto no siga ocurriendo.
Por otro lado aparece, la Ley Nacional sobre Protección contra la Violencia Familiar n° 24.417, que fue dictada en diciembre de 1994 y se refiere a situaciones de violencia sufridas en el ámbito familiar por cualquiera de sus integrantes. Establece la competencia de los tribunales de la familia y prevé una serie de medidas cautelares para la protección de las víctimas: Asimismo contempla la obligación de denunciar hechos de violencia relacionados con menores, incapaces, ancianos y personas con discapacidades, que lleguen a conocimiento de los servicios asistenciales y educativos públicos o privados, profesionales de la salud y funcionarios públicos. Finalmente establece una asistencia de conciliación y la necesidad de un diagnóstico de interacción familiar.
Sin embargo esta ley presenta una serie de problemas en relación con su adecuación. Su conceptualización no esta basada en la violencia de género. Intenta dar respuestas similares a problemáticas diferentes y ya con eso deja bastante que desear.
Para culminar sólo se dejará en claro que estos hechos siguen ocurriendo, en muchas ocaciones ni siquera las víctimas los registran como una violencia de sus derechos. En otros casos, las instituciones no detectan la situación como una cuestión de violencia o se resisten a registrarla. Finalmente, diversos factores como la falta de conocimiento y apropiación de sus derechos por parte de las mujeres, la victimización secundaria de que han sido objeto por parte de distintas instituciones, las amenazas del agresor, la verguenza de hacer pública la situación, el temor a la exposición, las presiones del grupo familiar, entre otros, hacen que las mujeres nunca denuncien estos hechos y ni siquiera concurran a servicios de asistencias y asesoramiento.
El miedo a la repetición de la violencia, la vivencia de encontrarse inmersa en la situación o pronta a padecerla provoca una desorganización, despersonalización y desrealización de la mujer, una percepción de inseguridad y de verse expuesta ante el agresor. Estos ocurre por todo lo dicho anteriormente, por la falta de trabajo de parte de todos en general, y esto debería dejar de suceder, pero ya.

1 comentario:

Redrum dijo...

Hola Ricardo, es interesante el tema; una recomendación: la información técnica o contextual deberás hipervincularla y aportar al trabajo genuino tus ideas y proyectos de solución.
Das cuenta de leyes y normas, de lugares, etc. todo esto debe tener hipervínculos.
Corregí esto y avisamo por email.
Saludos